En el siguiente trabajo se da a conocer cómo la música chicha o la cumbia peruana fue evolucionando a través de los años. Su origen se debe a la diversidad de géneros musicales que en los 70’s fueron populares como: el huayno mestizo, la cumbia colombiana y los diversos ritmos cubanos. Sin embargo, la música chicha en 1977 cambió debido a la migración andina a la capital. Este cambio se pudo apreciar en las letras o notas musicales, ya que estos se relacionaban al folklore del Perú. La gran popularidad que tuvo este género musical se debió a los múltiples grupos musicales, pero el que más represento a este género fue el “Grupo Celeste” que tenía como vocalista a Lorenzo Palacios Quispe muy conocido como “Chacalón” que más tarde fundaría un grupo llamado “La Nueva Crema”. Chacalón y su grupo se caracterizó por tocar una variante de la clásica cumbia que pasó a llamarse la “Chicha Achorada”. Este tipo de chica tuvo mucha empatía con sectores pobres del Perú o provincianos que vivían en la capital, ya que en las canciones del grupo mencionaban las peripecias que pasaban los provincianos al llegar a la capital y el destino desafortunado de algunos de estos. La mayoría de lugares donde se tocaba este tipo de música eran en los llamados “Chichodromos” donde se caracterizaban por terminar en pleitos y peleas hasta llegar al punto de terminar en batallas campales. Este tipo de eventos fue marginado por los demás sectores sociales que no acudían a este tipo de fiestas catalogándolos de malos y grotescos. Sin embargo, aunque estas fiestas se ganaran el repudio de algunos, la cumbia se expandió fuera de la capital como fue en el caso del Valle del Mantaro que se ubica en Junín. Gracias a la buena economía de la región esta permitió el ingreso de la modernidad que ocasionó un nuevo tipo de cumbia que ya por si era mucho más movida que la música que se acostumbraba a escuchar en esta región y que se sumaban a las agrupaciones instrumentos como el saxo y las guitarras eléctricas.
Fue en el año de 1981 que se dio
el "boom" de la música tropical andina, aproximadamente en el mes de
Junio; este apogeo lo encabezó el grupo musical "Los Shapis" que en
esa época lanzaba al mercado su disco "El Aguajal". En los años 1956 y
1986 se desató la "fiebre chicha". Alrededor de medio millón de
personas bailaban estos ritmos todos los fines de semana; playas de
estacionamiento, terrenos sin construir y hasta carpas de circo abandonados se convirtieron
en chichodromos de la noche a la mañana. Por esos años, la música salsa también
se encontraba en apogeo y atraía más a las poblaciones de que habitaban en las
zonas cercanas al mar. A diferencia de ellos, la música chicha proliferaba en
la periferia de Lima en donde se ubicaban las invasiones de los migrantes; es
decir, en los "Conos". Es por ello que se decía que la música tropical
andina era de provincianos. Por esa época el término chicha comenzó a
masificarse; al principio los intérpretes eran renuentes a utilizarlo por la
fuerte carga peyorativa que los sectores criollos urbanos le otorgaron; para
ellos, la música chicha era un producto fallido, mal hecho, y utilizaron también
este término en otros campos como la política (se le decía políticos chicha a
aquellos que se consideraban sin preparación o advenedizos), decoración (se le decía
decoración chicha a lo que se consideraba huachafería), economía chicha( se le decía
economía chicha a la informalidad), etc. Existen diversas teorías para explicar
el origen del término "chicha", la más difundida señala que
posiblemente proviene del título de una canción que causo sensación por el año
de 1966: " La chichera" de los Demonios del Mantaro. A comienzos de
la década de los años 90 la chicha sufrió un considerable declive. Los intérpretes
y grupos de "la rica música" saturaron el mercado con productos de
baja calidad, las melodías seguían siendo monocordes y la producción muy
elemental. Las transnacionales discográficas inundaron el mercado
latinoamericano con la salsa erótica y el pop mexicano, lo que causo que se deje
de tomar tanta importancia a la chicha, reduciendo su radio de acción a los
migrantes andinos más pobres de la ciudad. Sin embargo, la chicha renació con
grupos como el de Rossi War, que adaptaron vestimentas muy parecidas a la de
los artistas mexicanos patrocinados por Televisa (sombreros de vaqueros, shorts
cortos y botas altas), complejas coreografías de baile y además de nombres
"gringos"; a esto se le denominaron "Tecnocumbia". La
prensa chicha y los artistas de la tecnocumbia (en su mayoría mujeres) son los
que mejor vienen articulando esta nueva nocion de identidad. Los primeros
utilizan imágenes de cuerpos femeninos construidos con siliconas como recurso
para captar lectores; por su parte, las cantantes de tecnocumbia también
emplean ostentosas cabelleras, ojos de diversos colores y recurren a la ayuda
del quirófano.
Finalmente, el texto considera
que acabar con los purismos de todo cuño es un primer paso contra la exclusión.
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