martes, 4 de noviembre de 2014

La chicha no muere ni se destruye, sólo se transforma en Iconos (Reseña del Texto de Jaime Bailon)




En el siguiente trabajo se da a conocer cómo la música chicha o la cumbia peruana fue evolucionando a través de los años. Su origen se debe a la diversidad de géneros musicales que en los 70’s fueron populares como: el huayno mestizo, la cumbia colombiana y los diversos ritmos cubanos. Sin embargo, la música chicha en 1977 cambió debido a la migración andina a la capital. Este cambio se pudo apreciar en las letras o notas musicales, ya que estos se relacionaban al folklore del Perú. La gran popularidad que tuvo este género musical se debió a los múltiples grupos musicales, pero el que más represento a este género fue el “Grupo Celeste” que tenía como vocalista a Lorenzo Palacios Quispe muy conocido como “Chacalón” que más tarde fundaría un grupo llamado “La Nueva Crema”. Chacalón y su grupo se caracterizó por tocar una variante de la clásica cumbia que pasó a llamarse la “Chicha Achorada”. Este tipo de chica tuvo mucha empatía con sectores pobres del Perú o provincianos que vivían en la capital, ya que en las canciones del grupo mencionaban las peripecias que pasaban los provincianos al llegar a la capital y el destino desafortunado de algunos de estos. La mayoría de lugares donde se tocaba este tipo de música eran en los llamados “Chichodromos” donde se caracterizaban por terminar en pleitos y peleas hasta llegar al punto de terminar en batallas campales. Este tipo de eventos fue marginado por los demás sectores sociales que no acudían a este tipo de fiestas catalogándolos de malos y grotescos. Sin embargo, aunque estas fiestas se ganaran el repudio de algunos, la cumbia se expandió fuera de la capital como fue en el caso del Valle del Mantaro que se ubica en Junín. Gracias a la buena economía de la región esta permitió el ingreso de la modernidad que ocasionó un nuevo tipo de cumbia que ya por si era mucho más movida que la música que se acostumbraba a escuchar en esta región y que se sumaban a las agrupaciones instrumentos como el saxo y las guitarras eléctricas.

Fue en el año de 1981 que se dio el "boom" de la música tropical andina, aproximadamente en el mes de Junio; este apogeo lo encabezó el grupo musical "Los Shapis" que en esa época lanzaba al mercado su disco "El Aguajal". En los años 1956 y 1986 se desató la "fiebre chicha". Alrededor de medio millón de personas bailaban estos ritmos todos los fines de semana; playas de estacionamiento, terrenos sin construir y hasta carpas de circo abandonados se convirtieron en chichodromos de la noche a la mañana. Por esos años, la música salsa también se encontraba en apogeo y atraía más a las poblaciones de que habitaban en las zonas cercanas al mar. A diferencia de ellos, la música chicha proliferaba en la periferia de Lima en donde se ubicaban las invasiones de los migrantes; es decir, en los "Conos". Es por ello que se decía que la música tropical andina era de provincianos. Por esa época el término chicha comenzó a masificarse; al principio los intérpretes eran renuentes a utilizarlo por la fuerte carga peyorativa que los sectores criollos urbanos le otorgaron; para ellos, la música chicha era un producto fallido, mal hecho, y utilizaron también este término en otros campos como la política (se le decía políticos chicha a aquellos que se consideraban sin preparación o advenedizos), decoración (se le decía decoración chicha a lo que se consideraba huachafería), economía chicha( se le decía economía chicha a la informalidad), etc. Existen diversas teorías para explicar el origen del término "chicha", la más difundida señala que posiblemente proviene del título de una canción que causo sensación por el año de 1966: " La chichera" de los Demonios del Mantaro. A comienzos de la década de los años 90 la chicha sufrió un considerable declive. Los intérpretes y grupos de "la rica música" saturaron el mercado con productos de baja calidad, las melodías seguían siendo monocordes y la producción muy elemental. Las transnacionales discográficas inundaron el mercado latinoamericano con la salsa erótica y el pop mexicano, lo que causo que se deje de tomar tanta importancia a la chicha, reduciendo su radio de acción a los migrantes andinos más pobres de la ciudad. Sin embargo, la chicha renació con grupos como el de Rossi War, que adaptaron vestimentas muy parecidas a la de los artistas mexicanos patrocinados por Televisa (sombreros de vaqueros, shorts cortos y botas altas), complejas coreografías de baile y además de nombres "gringos"; a esto se le denominaron "Tecnocumbia". La prensa chicha y los artistas de la tecnocumbia (en su mayoría mujeres) son los que mejor vienen articulando esta nueva nocion de identidad. Los primeros utilizan imágenes de cuerpos femeninos construidos con siliconas como recurso para captar lectores; por su parte, las cantantes de tecnocumbia también emplean ostentosas cabelleras, ojos de diversos colores y recurren a la ayuda del quirófano.


Finalmente, el texto considera que acabar con los purismos de todo cuño es un primer paso contra la exclusión.          

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